El chupete puede provocar efectos dañinos sobre la la correcta alineación de los dientes, pero estos efectos son pasajeros si se retira el chupete antes de los tres años de edad.
De lo contrario, puede provocar deformaciones de la arcada dental. Como explica la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un documento sobre Uso del chupete y lactancia materna, el chupete «calma el llanto del bebé, ayuda a conciliar el sueño y reduce el estrés y el dolor, situaciones que provocan preocupación y ansiedad en los padres». No es casual que la palabra en inglés para denominar a este adminículo sea pacifier, algo así como «pacificador».
Por otra parte, si bien -como se verá- uno de los riesgos de su uso es que se produzcan deformaciones en la boca del niño, estas se corrigen de manera espontánea si se abandona antes de los 3 años de edad. Por lo tanto, hasta que el pequeño cumpla esa edad, esta tampoco sería una objeción válida.
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